miércoles, 1 de mayo de 2013

MARATÓN DE MADRID 2013 - ANTES DE LA CARRERA


- Eh! Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera yo, vale?
- Vale.
- Si tienes un sueño tienes que protegerlo. 

En busca de la felicidad. Gabriele Muccino.

Otro año más. Y ya van dos. Madrid me esperaba para afrontar mi segunda maratón allí y mi tercera en total. En esta ocasión, aparte de para disfrutar como un enano, quería que me sirviera de preparación para conseguir bajar de 4 horas en Berlín en septiembre.

La preparación había sido buenísima, había mejorado ostensiblemente respecto al año pasado en todas las pruebas que corrí, lo que hacía pensar en una mejora también en Madrid. Los días previos, cambié mi forma de entrenar, adaptándome únicamente al ritmo de la maratón. Pensé que mi problema en las dos anteriores había sido un excesivo ritmo en la primera media, que acababa pagando al final. No lo tenía testado, por supuesto, pero esa era mi intuición y esa fue mi apuesta. La última semana la estructuré bien, con dos entrenamientos fuertes al principio y reposo absoluto a partir del miércoles, además, llevaba los músculos bastante cargados.

Llego el fin de semana de la maratón. El sábado, Fátima y yo nos levantamos temprano, ya que había que aclimatar el cuerpo al madrugón del domingo. Las maletas estaban preparadas desde el viernes. Las previsiones nos decían que habría que llevar más abrigo y protección para la lluvia. Temperatura invernal en mitad de primavera. Cogimos el AVE y para Madrid. Una vez allí, directos al hotel. Allí podemos ver el montaje de la carrera que esta preparando TVE, para emitirla por directo en Teledeporte.


Y después a Expodepor a coger el dorsal. Allí nos espera Miriam. Hay una cola terrible para entrar. El número al que apostamos esta vez es el 7217. Lo primero que pienso es en que tanto 7 no puede más que traer buena suerte. 


La feria está realmente chula. Hay un muro en homenaje a las víctimas de Boston. En el dejo escrito "Corremos por vosotros".


A continuación, a la Pasta Party, otra cola enorme pero muy buen ambiente en el interior. Con batukada y malabares. Tengo síntomas de un pequeño catarro, pero he conseguido comprar un Bisolgrip y me lo tomo, me va como la seda. Nos atizamos nuestro plato de pasta, el enésimo de la semana, y de vuelta para el hotel. Quiero echarme la siesta y descansar las piernas. A las 6,30 me llama Marina, una amiga del club de running del gimnasio, que está ahí junto a otros 4 para correr la maratón o la media. Quedo con ellos para saludarlos pero enfundado ya en mi ropa para calentar (malla larga y cortavientos).

Al igual que en las otras dos maratones, me dirijo a la meta haciendo un trote ligero. Me quedo de nuevo observando la meta, quedando con ella para el día siguiente, y me doy cuenta de que la distancia entre la entrada al parque hasta ella es mucho mayor de lo que recordaba, casi un kilómetro. Vuelvo al hotel, me ducho y a cenar al VIPS. ¿El qué? Pues un plato de pasta. De ahí a dormir. El Zaragoza se está jugando la vida contra el Mallorca, pero mi cabeza no está ahí, sino en los 42 km de mañana, así que veo la primera parte en el hotel pero al descanso me voy a la habitación a prepararlo todo.


Nos acostamos. Me encuentro mejor del catarro. Empiezan las buenas señales...

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