miércoles, 8 de agosto de 2012

TRIATLON SERTRI 2012


“El cambio es ley de vida. Cualquiera que sólo mire al pasado o al presente, se perderá el futuro”. John Fitzgerald Kennedy.

Abandonadicos que os tengo. Motivos no me faltan. Lo de los cambios de JFK va por ahí. En la última entrada os comentada lo de mi pérdida de trabajo y que si me tomaba unas vacaciones y bla bla bla.... Pues de eso nada, en este país en el que rozamos los 6 millones de parados, a mi no me quieren. Casi surgido de la nada, me encontré oficialmente despedido el 27 de junio y oficialmente trabajando de nuevo el 9 de julio. Estoy en un distribuidor de Vodafone y si, sigo feliz, más aún si cabe.

¿Y entre tanto qué ha pasado con el tema este del deporte? Pues de todo un poco. De carrericas una nada más, pero muy chula. El 14, que no el 15, de julio corrí la Triatlon de la Cadena Ser. Reconozco que no perseguí ninguna marca. Ha llegado la hora de ir a alguna carrera a divertirse. Pero si que saque una conclusión que afectó directamente a mi bolsillo: las bicis de carretera corren más que las de montaña. Y como no podía ser de otra manera, la semana pasada estrene mi “flaca”.

Antes de eso, el fin de semana anterior, me cogí la “gorda” y me fuí a hacer otra de esas metas que me había marcado hace tiempo y que también eran “imposibles” (cada vez me hace más gracia esa palabra). Como algunos de vosotros ya sabéis, tengo una casa en el Pirinéo, muy cerca del Macizo del Turbón. Pues bien, para subir al pico hay una pista de 7 km y 1.000 metros de desnivel de tierra suelta y piedras que es lo más parecido al infierno (más de 14% de desnivel medio). Una vez allí llegas a un refugio desde el que poder atacar la cima a pata (2.492 metros). Me lleve las de trail running en la Camelback, junto a barritas y geles diversos.



Pues, como ya intuiréis, mi objetivo era semejante salvajada. Y a ello me puse en pleno día de San Fermín (lo de torturar animales lo dejo para los hijos de puta). Me costo unas 4 horas subir y algo más de una bajar. Cada metro fue una auténtica tortura para mis piernas y tengo que confesar que ni pude contar todas las veces que paré, pero al final le echamos un par y hasta arriba.



Al empezar a subir me encontré con un almeriense (maquinón) que se subió hasta la misma cima con la bici (a cuestas claro) porque alguién le dijo que se podía bajar por el otro lado. El caso es que no encontró el camino y se la bajó (de nuevo a cuestas) hasta el refugio. Pero iba bastante sobrado el amigo.





Al fin de semana siguiente la triatlon en el Parque del Agua. 650 metros nadando junto a barbos, patos y otros seres vivos en los que era mejor no pensar y en los que descubrí lo que era nadar entre 200 personas. No me dieron más patadas y codazos porque no me cabían. Había algunos que desconocían la imposibilidad (aquí si que está acertada la palabra) de atravesar cuerpos humanos. Se ve que vieron la de Ghost el día de antes y probaron. La natación 17 minutos.



Cuando acabe de nadar me tomé la transición con excesiva calma. Sentadico, mi trago de agua, mis calcetines, mis zapatillas, mi camiseta, mi casco. Despacico y con buena letra oiga.



Agarré la bici y a correr los 20 km. Lo cierto es que no lo llevé mal, pero como eran 4 vueltas a un circuito, los pros me pegaban unas pasadas con sus bicis de carretera de carbono que me saltaban las pegatinas. Yo ya iba maquinando entonces lo de mi adquisición.



Deje la bici con la intención de hacer una transción un poco más viva, pero para mi desgracia, cuando le fui a dar la vuelta a mi dorsal se me rompió, y tuve que volver a ponerle el imperdible. Perdí un minutillo muy valioso. Ja ja. Lo de la bici 48 minutos.



Y al final, como casi siempre, a correr. Y eso, sin que se me de bien del todo, es lo que mejor se me da. Pille el ritmo muy pronto (y no es fácil cuando sales de la bici, y además no llevaba el Garmin) y empecé a adelantar a gente con relativa facilidad. Hice los 5,2 km en 28 minutos y cruce la meta en 1h 37´. No está mal para mi primera triatlon Chispas.



Y a partir de ahí, me fuí a Denia a un curso de “Deporte y Turismo” donde estuve haciendo remo, España ganó la Eurocopa, me dierón trabajo al día siguiente de apuntarme al paro y me compré la bici (que estrené el pasado 4 de agosto subiendo a Vilas del Turbón a un ritmo poderoso).

¿Y ahora qué? De momento irme a Suiza el viernes, está vez sí, a mis merecidas vacaciones. Algún treeking tengo preparadillo. Después la Maratón de Zaragoza, el 30 de septiembre. Habrá que ponerse en forma si queremos plantearnos lo de las 4 horas, porque entre unas cosas y otras me he dejado un poco. Y luego, ya que me he comprado una bici de carretera, habrá que plantearse alguna meta con ella. No se me ocurre ninguna, pero se me quebrantan los huesos sólo de pensarlo.

Pero eso sí, el 27 de octubre no habrá lugar para el deporte, se nos casan Miguel y María y ese día es para ellos. ¡¡¡Un abrazo muy fuerte pareja, siendo felices nos hacéis felices a los demás!!!