miércoles, 17 de abril de 2013

¡¡¡ PREPARADOS, LISTOS, YA !!!


Haz lo necesario para lograr tu más ardiente deseo, y acabarás lográndolo.

Ludwig van Beethoven.

!!!Bueno, bueno, bueno!!! Abandonadicos, y del todo, os tengo. Ya me perdonaréis esos pocos seguidores pero el ajetreo de mi vida va in crescendo, y estos últimos 3 meses han sido de lo más completito.

Por ir centrando el asunto, he vuelto a cambiar de curro. Esta vez no ha tenido nada que ver con la anterior. Sin malos rollos, con buenas palabras y guardando siempre un profundo agradecimiento a mis compañeros de Litelfone que en todo momento me trataron de manera formidable. Simplemente tuvo que ver con la búsqueda de algo más afín a lo que mejor se me da, que no es otra cosa que vender. Lo encontré a mediados de febrero y ahora ando metido vendiendo bases de datos jurídicas en Thomson Reuters, y de momento, con muy buenas perspectivas.

La estabilidad en lo profesional también me ha llevado a retomar mis estudios de Geografía e Historia, que el año pasado deje algo abandonados y, por supuesto, a seguir corriendo y a plantearme nuevos y más variados retos. De hecho, este año voy a compaginar las carreras a pie con las marchas ciclistas. En mayo correré la versión corta de "Los Puertos de la Ribagorza" y en junio la "Quebrantahuesos". Desde ya marco una gran diferencia entre unas y otras. Reconozco que cuando corro busco mejorar marcas, aunque sea la mía propia o alguna cifra redonda. En la bici no va a ser el caso. El fin único va ser el de disfrutar. Si dejo de hacerlo, me bajaré de la bici y me subiré al coche escoba. No hablaré de fracasos ni de objetivos no cumplidos.

En cuanto a lo de correr, que sigue centrando el calendario, a estas alturas de año ya llevo buen tute y varias carreras. Algunas mejor que otras. Como prometí en mi última entrada, corrí las dos San Silvestres, la de Las Fuentes en serio, la otra disfrazado de mujer de vida alegre junto a mi hermano y Rodri. En la segunda el tiempo fue lo de menos, las risas lo de más.



En la primera me llevé una alegría, ya que tras la Maratón de Zaragoza me había dejado ir bastante. Estrené mis nuevas Asics Gel Nimbus 14 (maravillosas), y corrí 5,4k a 4,37" el km, 20" el km por debajo de la del año anterior ante una distancia mayor. Las comparaciones con el año pasado van a ser permanentes, ya que el objetivo es bajar de 4 horas en la Maratón de Berlín, y para ello tengo que ir mejorando en todas ellas.

Después de eso vino la 10k del Roscón. Este año no hubo perros cruzándose en mi camino una semana antes así que la disputé. Estaba algo acatarrado y las sensaciones antes eran horribles. Pero el cuerpo es caprichoso, y tras el pistoletazo de salida, me empecé a sentir muy cómodo, marcando los primeros kilómetros por debajo de 4´30". A partir del 3, más por precaución que por necesidad, decidí conservar para volver a apretar en el último. El resultado, 45´56". Mi mejor 10k el día que menos me lo esperaba. El día, es verdad, acompañó.



Para febrero estaba apuntado a la Duatlon Cross de Utebo, que había corrido el año pasado. Pillo el fin de semana con tiempo más horrible del año, con temperaturas bajo cero y rachas de viento de 100 km/h. A esto hay que sumarle que coincidió entre las dos semanas que fui a Valladolid a hacer la formación de mi nuevo curro. De hecho, me iba el domingo por la tarde. Como además no me encontraba nada bien, decidí no correr. Sabia decisión a tenor de los 39º de fiebre que tenía al día siguiente en Pucela.


De vuelta a las carreras, otra mítica, la del Ebro. 14 km esta vez. En este caso me encontraba muy bien a la salida, pero las rampas, las piedras y el viento en contra me derrotaron. Buscaba 1h 10´ y me fuí a 1h 13´ (1h16´ si contamos el medio km de más con el que nos obsequió la organización). Cada vez tengo más claro que lo de las montañitas para mi es más cosa de andar que de correr. ¡Viva el llano! Eso sí, la del Ebro volvió a juntarnos a unos cuantos (Hector, Miguel, Rodri, Johny, David y yo). Y eso, como ya he recalcado otras veces, vale más que cualquier marca.



Y a finales de marzo, y ya con la mente puesta en la Maratón de Madrid, tocó la Media de Sabiñánigo. No me canso de decirlo, preciosa carrera. Fin de semana inmejorable, hotel con Spa en Sabiñánigo, paseítos y gastronomía por el pueblo y, el día de la carrera, temperatura ideal, montañas nevadas como telón de fondo y un circuito razonablemente llano. No quise forzar la maquina del todo, y aún así, me la ventilé en 1h 51´ (6 minutos menos que el año pasado). Y eso que en la 2ª vuelta se levantó un aire que me hizo perder algo de tiempo. En general, muy buenas conclusiones. Estamos en el camino correcto.


Por último, el 7 de abril decidí correr una 10k en Huesca, en el Polígono Walqa, aunque para probar geles, medias compresivas nuevas y rodar en tiempos de Maratón. El circuito era buenísimo y la climatología mejor (¡qué pena no haber venido a por marca!). Hice los 9 primeros km suaves y en el último decidí marcarme un sprint a ver si lo aguantaba hasta el final. Y vaya que si lo hice. Me salió en 3´44". Los geles y las medias bien. La nata de las fresas que nos comimos el día de antes y que nos intoxicaron el domingo por la tarde a mi señora y a mi, no tan bien. Aunque saquemos de todo una lectura positiva. Pasamos un día horrible, pero perdí 2 kilos (aún me acordaré de la nata cuando suba la cuesta de Alfonso XII el próximo 28 de abril...).



A partir de ahí, ya todo ha sido entrenar. Estoy buscando hacer tiradas largas a ritmo lento. Espero que funcione, porque nunca había entrenado así, pero me encuentro cómodo y confío bastante en ello.

Y sí, mientras escribo estas líneas, apenas han pasado un par de días desde que un hijo de puta decidiera poner dos bombas en la meta de la Maratón de Boston, pero a esto prefiero dedicarle una entrada aparte.

Por lo demás, que tiemble Madrid, que vamos a por ella.

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