jueves, 20 de junio de 2013

10K Y PREVIA QUEBRANTAHUESOS - LA GLORIA A UN PASO

Amar es volar
¿Pero si no tenemos alas?
O será que las olvidamos.

Anónimo


Dos semanitas de transición. Las que van de la 10k de Zaragoza a la Quebrantahuesos. Si, si, ya, la Quebrantahuesos. Dos semanas, eso sí, de especial intensidad. Primero, vamos a lo pasado, la 10k. Por el camino pasaremos por la primera quedada de Beer Runners Zaragoza. Por último, compartiré con vosotros las horas previas a la gran cicloturista.

La 10k venía con un solo objetivo, bajar de 45 minutos, algo que se me había resistido hasta ahora. Durante toda la semana de antes la preparé a conciencia, acumulando bastantes kms y aumentando distancia y ritmo progresivamente. El calor me acompañó algún día, pero recordando lo del año pasado en esta misma carrera, decidí esforzarme al máximo por si acaso.
El día de la carrera amaneció muy nublado y estaba claro que calor no iba a hacer, pero de ahí a la tromba de agua que nos cayó durante todos y cada uno de los 10.000 metros va un trecho.
En cualquier caso la lluvia puede ser mala de cara a una carrera más larga, pero para una de 5 o 10 km hasta se agradece.



En esta ocasión hemos ido Miguel, Héctor, Fernando, Rodrigo, Johny y yo. También está Javi, el marido de mi prima, introduciéndose poco a poco, pero con paso firme en este maravilloso mundo.



A las 10 en punto se da el pistoletazo. El agua cae con fuerza, por lo que es un buen día para estrenar mi nuevo Garmin para triatlón. Esta vez sí que nos hemos pegado a la liebre de 45’. La salida, como siempre, algo trompicada, máxime cuando además de esquivar a la gente hay que esquivar los charcos.



El plan es ganar algún segundo en los tres primeros km, perderlos en los cinco siguientes y darlo todo en los dos últimos. Hay bastante gente animando y eso me gusta. El ritmo del principio está alrededor de 4´15” – 4´20”. A diferencia del año pasado, puedo aguantar este ritmo sin problemas. Poco a poco, voy adaptando mi ritmo a 4´30”. Llega el avituallamiento del km 5 y no tomo ningún gel. Cojo agua y apenas bebo un sorbo, con la que está cayendo no hace falta más. Enfilo Cesáreo Alierta consciente de que ha llegado el momento de administrar rentas. En la bajada del túnel suelto brazos y en la subida braceo. Del 5 al 8 se ha ido el tema a 5´40” y a partir de ahí tengo que recuperar casi 20 segundos y lo habré hecho. Me pongo a la faena. El noveno en 5´22” y el décimo en 5´15”. Cuando mi Garmin marca 10 quedan más de 200 metros para la meta y lo paro. Esa distancia de más en una maratón se puede deber a una trayectoria distinta a la más corta. En una 10k es un claro error de medición. El caso es que mi Garmin se ha parado 44´55”. Por fin, otra espinita que me saco.



Por delante de mi han llegado Héctor en 39, Miguel, que ya está en otra liga, en 43 y Fer algo por delante. A continuación llega Rodrigo. Todos hemos mejorado con respecto a la del año pasado y es que, para esto de trotar, mejor la lluvia que los 40º. Al acabar, como el tiempo no acompaña, cambiamos la cerveza en una terraza por un Cola Cao caliente en casa.

Y ahora iríamos con la Quebrantahuesos, a no ser porque a finales de la semana pasada, se convocó la primera quedada Beer Runners de Zaragoza. La lluvia, de nuevo, se ocupo de que esa primera quedada fuera más de Beer que de Runners, pero era la primera pincelada de un grupo que tiene muy buena pinta y en el que ya hay más de 200 miembros en Facebook.

Y ahora sí. Dentro de aproximadamente 32 horas estaré en la Avenida del Ejército de Sabiñánigo, junto a otros 10.000 ciclistas, para tomar la salida de la carrera ciclista por excelencia: la Quebrantahuesos. Por cierto, de donde duermo a la salida tengo apenas unos metros, ya que unos buenos y recién casados amigos, Alfonso y Ruth, han tenido el detallazo de dejarnos su apartamento. Un millón de gracias desde estas líneas.

Llevo toda la semana hecho un manojo de nervios. Me conozco el plano, el perfil, los desniveles de cada km de cada puerto al dedillo, como se reparten los avituallamientos a lo largo de sus 200 kms. El domingo pasado estuve entrenando en el pueblo con alguna rampa considerable, pero nada comparable a esos 4 kms al 11% que me encontraré en el Marie Blanque pasado mañana.

Perfil_qh

En cualquier caso, mi entrenamiento ha sido más mental que físico, consecuencia de que el objetivo, en este caso, sea disfrutar primero y llegar después. Pararé todas las veces que haga falta, me alimentaré e hidrataré permanentemente y haré todo lo que haya que hacer para llegar y, si al final no sale, volveré a casa con la cabeza bien alta por haberlo intentado.

Pero eso sí, solo la mera idea de estar pedaleando junto a miles de personas entre las montañas en las que tantos y tantos buenos momentos he pasado me pone los pelos como escarpias. No quiero ni pensar lo que voy a vivir allí, pero intuyo que va a ser algo muy grande.

A la vuelta os cuento. Quebrantahuesos, voy a por ti.

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