jueves, 7 de junio de 2012

CARRERA SIN HUMO 2012

Estamos hechos de la misma materia que los sueños. William Shakespeare.

Hoy he oído esta frase y me he puesto a darle vueltas a la cabeza. Y aprovechando que os debo, mis queridos lectores, una entrada del blog, pues hay la dejo. Pero no la dejo sin más, el motivo por el que elijo ésta y no otra es porque, salvo monumental y no deseada sorpresa, estoy a unas horas de perder mi asqueroso puesto de trabajo. Eso quiere decir que me va a tocar comprobar si la frase es verdad, porque toca soñar, y mucho.

Y alguno dirá, ¿pero esto no iba de correr?. Que si, que ahora voy. La cosa es que lo que toca ahora no difiere mucho de esas "carrericas" a las que nos estamos aficionando.
Emprender una nueva etapa en mi vida y plantarse bajo el arco de salida de una maratón o una carrera de larga distancia creo que tienen más de una similitud. Un entrenamiento previo, una planificación, una estrategia, mucha energía, una pizca de suerte y muchos, muchos, muchos sueños. Pero dejemos pasar esas horas hasta confirmar el hecho y pasemos al barro, que de lo otro ya tendréis noticias.

En cuanto a lo de correr, una vez pasada la Media Maratón de Zaragoza, reconozco que me dejé. Había sido mucho tiempo de vida monacal y aprovechando que me fui a currar a Teruel esa semana con Zigor, un buen compañero de trabajo, pues cayo alguna que otra cervecita, algún que otro solomillo y alguna que otra copita. El sábado en Zaragoza rematé la faena con los amigos. Me hago viejo. No conozco ni el nombre de los bares.
Pero en fin, pasada esa semana de relax, vuelta al monasterio autoimpuesto, porque el domingo 27 de mayo había carrera, la Sin Humo, una 5k por el campus de la Universidad de Zaragoza.

El sábado de la semana anterior, el que luego nos dimos al bebercio, nos fuimos Miguel, mi hermano y yo a hacer una salidica con la bici, que ya tocaba. Un poco de Galacho de Juslibol y hasta Monzalbarba, donde nos esperaba el tradicional almuerzo del ciclista.


 

El domingo la resaca no me dejo moverme del sofá, así que el lunes nos calzamos las zapatillas y a trotar, ocho días después. Mi objetivo para la carrera es bajar de 21´. El lunes hago 4 km, el martes 6 (con Rodri y Héctor) y el jueves otros 4. Los tiempos son realmente pobres (4´30" el km el jueves), aunque salgo por la tarde y esa semana pega mucho calor, lo que me mata. En cualquier caso bajo mi objetivo para el domingo a 22´, lo que sería bajar en 20" mi mejor marca en esa distancia.

El sábado quedo por la tarde con Fernando y Ángel para recoger el dorsal, cosa que también hizo el jugador del Real Zaragoza "Jabalí" Paredes, con quien compartiríamos sufrimiento. Hablo con mi hermano, que está inscrito pero todavía no sabe si va a correr.
Al día siguiente nos ponemos en marcha (esta vez no diré 7:30, me levanto... porque me ha reportado críticas poco favorables, ja ja). El ritual es más sencillo que en las carreras largas. Pero sigo desayunando una barrita con un poco de zumo después de una buena ducha y con la bolsa al hombro nos vamos para la salida. La salida es a las 9:30 y hemos quedado media horita antes para calentar. Aparece mi hermano y con buenas noticias, no se encuentra fino y va a hacernos de liebre. Le decimos que queremos ir a 22, que es 4´24" el km y dice que adelante.



Calentamos un poco dentro de la pista de atletismo (¡qué bien se corre en el tartán!) y nos preparamos para la salida. La temperatura es bastante buena y no hace aire, por fin. Le dejo la bolsa a Fátima que está con Cristina, la mujer de Fernando. Hay un premio para el colegio que trae a más niños y el resultado es que hay muchos. Por eso decidimos ponernos delante en la salida.

Estamos los cuatro, ponemos al Garmin a buscar los satélites y esperamos el pistoletazo. Suena el disparo y una vez más, a correr como si nos persiguieran.



Al principio los clásicos codos y empujones pero desaparecen poco, primero porque hemos salido delante, y segundo porque además vamos muy fuerte. Miro el reloj y casi siempre vamos a más de 15 km/h. Entiendo que es por ser los primeros metros y no digo nada. Cuando salimos del campus si que le digo a mi hermano que afloje, voy bastante bien, pero no quiero pagar los excesos más tarde. Pasamos el primer kilómetro a 4´18". Perfecto. Además en ese momento vamos por Corona de Aragón, ancha y de bajada. Cogemos bien de aire y a funcionar. Ángel y Fer siguen ahí.



Giramos por Arzobispo Apaolaza y adelantamos a todo el que nos encontramos, sigo creyendo que vamos muy fuerte. A mitad de calle me giro y Ángel y Fer no vienen. Le pregunto a mi hermano y me dicen que no están muy lejos. Cuando llegamos a la Plaza Emperador Carlos me dice que siga a ritmo mientras él intenta traerlos. El segundo km a 4´16". Muy bestia. Al rato vuelve sólo, me dice que Fer no anda lejos pero que a Ángel le ha visto más tocado. Supongo que algo tiene que ver que el ritmo no es, ni de lejos, de 22´. En cualquier caso yo durante ese rato que he ido sólo he apretado y me he metido el tercero en 4´11". ¡¡¡La locura!!!. En la entrada al campus de nuevo están las chicas, fotico buena, muchos ánimos y a seguir. Empiezo a sentirme cansado y mi hermano me dice que respire mejor, como si pudiera. En cualquier caso hago un esfuerzo, tomo dos buenas bocanadas y bajo un poquito el ritmo, porque con palabras no funcionaba.



A partir de ahí mi hermano deja de ser liebre para convertirse en hermano. Ya no lo necesito para que me marque un ritmo, sino para que me lleve a la meta, vaya si lo hace. "No queda nada", "giramos y entramos al estadio", "100 metros y ya está (cuando quedan 1.000)" y hasta alguna gracia con respecto a los chinches de los perroflautas con los que nos cruzamos. Todo ello contribuye para que, casi sin darme cuenta, me haya metido el cuarto km casi al mismo ritmo y nos plantemos ya en la pista. Aquí ya esta todo el pescado vendido, las chicas han entrado para dar el último empujón y hasta me permito el lujo de esprintar en la curva de entrada a meta. Mi hermano se queda a acompañar al resto en los últimos metros. Me he arreado el último km por debajo de 4´. Casi nada. Resultado final de la animalada: 20´32". Y eso que íbamos a 22´. Apenas un minuto después entra Fer (carrerón) y justo a continuación Ángel, que ha dosificado muy bien. Viendo la clasificación me enteré de que el Jabalí Paredes llego justo delante de mi, a sólo 3 segundos.



Momento Isostar, momento plátano y, después de que no nos tocara una bici en el sorteo, en el que algun afortunado corría más a por su regalo que durante la carrera, nos vamos al Montesol a atizarnos unas merecidas papas bravas con su jarrita de Cerveza.
Pues hasta aquí la Carrera Sin Humo. Ni que decir tiene que Alonso corrió esa tarde y que se colocó líder del mundial. Fútbol no había, ahora bien, el domingo 10 de junio tenemos la 10k de Zaragoza, y por la tarde tenemos el debut de España en la Eurocopa contra Italia y después Fórmula 1 en Canada. Hagan sus apuestas. Por cierto, en la 10k corren además mi hermano, Ángel, Miguel y Fer. A por ella. Objetivo: 45 minutillos. A ver si no hay que retocarlo.

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